Toros, de raza limusín, criados en zonas de ribera han sido los animales más afectados por la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) en Salamanca, aunque la mortalidad ha sido mayor en los terneros. Así lo determina el estudio realizado por Mercedes Sánchez Barba, profesora del departamento de Estadística de la Universidad de Salamanca, que ha analizado el impacto real de la enfermedad en las explotaciones de ganado bovino en la provincia. Un estudio que ha sido presentado a los ganaderos en varias jornadas bajo el título ‘La EHE en Salamanca: lo que los datos nos cuentan’ y que determina que hubo unas zonas más afectadas sobre todo y un tipo de animal con mayor prevalencia de la enfermedad.
La EHE es una enfermedad vírica infecciosa que, en el ganado vacuno, si bien suele causar una clínica moderada y autolimitante, en algunos casos puede originar cuadros más graves, pudiendo llegar a provocar secuelas y, en menor medida, la muerte de los animales. Una enfermedad que trajo de cabeza a los ganaderos el año pasado por las consecuencias que tuvo para el ganado. En Salamanca se declaró la enfermedad en seis comarcas: La Fuente de San Esteban, Campo de Salamanca, Vitigudino, Ledesma, La Armuña y Ciudad Rodrigo. En total, en la provincia hubo 26 explotaciones positivas de las 198 muestreadas durante 2024.

Pero ¿cómo afectó la enfermedad en la provincia? ¿qué animales fueron más propensos a contraerla? ¿Cuáles tuvieron un mayor índice de mortalidad? ¿qué síntomas fueron los más comunes? Todas estas preguntas han sido respondidas en el estudio que ha aplicado técnicas estadísticas para analizar todas las variables que pudieron afectar al desarrollo de la enfermedad en la provincia.
Así, la profesora Sánchez Barba determina que la prevalencia ha sido distinta dependiendo de la raza del ganado. Así “la más alta se ha dado en el ganado limusín y la más baja en conjunto mestizo”, asegura. Según sus datos, en el 33,4 por ciento del ganado afectado ha sido limusín, mientras que en conjunto mestizo ha sido del 21,7 por ciento. En cuanto a la edad, los toros son los que más han sufrido la enfermedad, aunque las peores consecuencias se las han llevado los terneros, que son los que han tenido la tasa de mortalidad más alta. “En los terneros la prevalencia ha sido del 12 por ciento mientras que en los toros ha sido del 44 por ciento”, asegura. Por otra parte, septiembre ha sido el mes más crítico en cuanto a contagios.

En cuanto a las zonas de Salamanca que más han sufrido la enfermedad, cabe destacar que está se ha agrupado en las zonas de ribera. “Nos llamó muchísimo la atención que la prevalencia más alta se quedaba en las zonas de ribera, donde las aguas discurren. Pero cabe recordar que fue un año de sequía intensa y hubo menos agua circulante y más estancada, lo que propicia la aparición del mosquito”, asegura Mercedes.
En cuanto a los síntomas registrados en las distintas ganaderías, Mercedes Sánchez asegura que se ha producido una asociación de la sintomatología presentada. Así muchos animales presentaban cojera, ceguera y timpanismo, mientras que otros presentaban lengua inflamada. “Era como si hubiera dos tipos de manifestaciones más comunes de la enfermedad”, asegura. En cuanto a las recaídas que aseguraban los ganaderos que sufrían los animales afirma que “introduje esa variable de recaída para ver con qué sintomatología se asociaba y se asociaba más con la ceguera y la cojera, pero no es que sea una recaída, sino síntomas que aparecían más tarde, la enfermedad se desarrollaba más lenta y los ganaderos lo confundían con recaída ya que el animal se recuperaba y después la enfermedad volvía a aparecer”.
Otros aspecto que ha dejado claro el estudio es que la inmunidad se mantiene a los 18 meses, lo que indica que si el mosquito atacara de nuevo este año habría más inmunidad en la cabaña ganadera. Eso sí, la profesora de la USAL asegura que la inumnidad no se traspasa por la placenta, es decir, los terneros pueden desarrollar la enfermedad en caso de brote.
Un estudio que tendrá seguimiento ya que la Universidad de Salamanca, la Universidad de Córdoba y la Asociación 19 de Abril han firmado un Artículo 60 LOSU, que facilita la colaboración entre la universidad y el sector empresarial para desarrollar proyectos de interés mutuo, para trabajar de manera conjunta estudiando factores como la altitud, que consideran que influye en la presencia del mosquito. La metodología de este estudio podría aplicarse a otras enfermedades que afectan a la cabaña ganadera y es una herramienta vital para conocer a fondo las causas, el motivo de por qué unas zonas registran más brotes que otras, qué ganado es más sensible a la enfermedad y también qué tipo de secuelas deja. Sobre el futuro, queda saber cómo evolucionarán los animales que han padecido la EHE según vayan madurando.
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