Hace una semana, la Junta de Castilla y León confirmaba públicamente un repunte de topillos campesinos que afectan a los cultivos de la provincia de Salamanca. La Junta indicaba que el repunte se encontraba principalmente en las comarcas de Alba de Tormes y Peñaranda de Bracamonte, a lo que las Organizaciones Agrarias Profesionales (OPAS) han añadido otros puntos de la provincia como Ledesma.
Desde entonces las quejas de los agricultores salmantinos no cesan, quienes insisten que “hay una plaga muy grave”, según advierte Fernando López Soria, joven agricultor e ingeniero agrícola en el municipio de Villaflores.
Fernando al igual que Bernardo García, ganadero y agricultor en Santiago de la Puebla, muestran su malestar, como lo han hecho también a lo largo de estas semanas otros agricultores de la provincia, haciendo hincapié en que estos pequeños roedores “donde más atacan ahora es en los cultivos de regadío. Es donde estamos notando los daños más fuertes porque en el secano los hay, pero hay menos”, explica Bernardo, que dice que los topillos tenían antes las madrigueras en las lindes y cunetas, mientras asegura que “ahora están en las parcelas como las de la alfalfa”.
Desde Villaflores, Fernando relata que en las parcelas donde hay presencia de topillos los daños son generales en toda la explotación: “Hacen daño a todo en general porque se adaptan a todos los cultivos, cortan por abajo el tallo, y si se ve afectada la raíz, la planta muere y ya no produce”. Concretamente, en las parcelas de Villaflores manifiesta que “a nosotros nos están afectando en las patatas, sobre todo, pero también en la remolacha azucarera y las zanahorias son también las más afectadas entre los cultivos hortícolas”.
Pese a que las quejas se han disparado en este mes, Fernando indica que “llevamos notando la presencia de los topillos desde la primavera y los nidos los habíamos detectado ya en invierno”. De manera, que el incremento poblacional de estos roedores era algo que ya se veía venir.
A ello, Bernardo añade que “el año pasado ya se veían algunos topillos”, aunque matiza, que al menos en sus tierras, “no estamos a los niveles de otras épocas, pese a que se ven muchos”. Asimismo, recuerda que “hace 30 años hubo una sobrepoblación fuera de lo normal que hizo mucho daño al campo”. Vecinos de la comarca de Peñaranda también reconocen que hace una década, aproximadamente, el crecimiento de topillos fue tal que “llegamos a verlos por las calles de los pueblos por las noches cuando nos sentábamos al fresco”.
En esta ocasión, desde la organización agraria de Asaja, el presidente de Castilla y León, Donaciano Dujo ha lamentado que “la situación es incontrolable” porque dice que “no se pusieron las medidas adecuadas cuando se detectaron los focos”. También ha mostrado datos, recalcando que, en la Comunidad, las hectáreas arrasadas por culpa del topillo se elevan a 20.000, y que aparte de en los cultivos la presencia de estos roedores es visible en parques, jardines, piscinas y huertos que se encuentran dentro de los cascos urbanos.
Hace una semana también, y debido al malestar de los profesionales del campo, la Consejería de Agricultura dio luz verde al laboreo vertical en las tierras de siembra, para que chisel del cultivador destruyera de forma mecánica las huras de estos roedores. Entre otras recomendaciones, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León recomienda cosechar de forma que la altura del rastrojo quede lo más bajo posible, así como retirar las pacas con la mayor inmediatez posible, evitando que el topillo encuentre protección.
En el caso de las parcelas de regadío, que son las más afectadas, la Junta reitera que “un manejo adecuado del riego aporta beneficios a la prevención de riesgos por topillo campesino”.
Por su parte, agricultores como Bernardo y Fernando advierten que las recomendaciones de la Junta “no son una solución” y piden que si se quiere evitar más daños que aparecerán en la próxima cosecha, se deben de tomar medidas como la quema controlada de rastrojo y el uso de veneno efectivo en lugares poco accesibles como caminos o cunetas.
En este aspecto, desde la Junta exponen que, en vías de dispersión, en zonas con cultivos de verano en pie, especialmente en regadío “no es recomendable limpiar la cubierta vegetal en esta época. Cualquier actuación en las vías de dispersión debe dirigirse únicamente a la cubierta vegetal de naturaleza herbácea; estas entidades guarecen depredadores aliados en la lucha contra el topillo. Antes de cualquier actuación, revisar y respetar cualquier elemento que pueda suponerles refugio, lugar de cría o apoyo en sus oteos (nidos naturales o artificiales, madrigueras, árboles, arbustos, etc) y establecer una banda de seguridad de 5 metros”.
Frente a esto, desde Asaja solicitan que “en la reunión entre el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural se exigió que se proceda a la limpieza de todos los terrenos de titularidad autonómica y estatal, es decir, arroyos, ríos, cunetas, caminos y tierras pérdidas” ya que “los agricultores, en el momento que se pueda, levantarán las fincas para romper las huras o madrigueras”, pero subrayó que “se debe de hacer una actuación conjunta. De nada sirve que nosotros limpiemos y la Junta y el Estado no hagan lo que les corresponde porque los topillos se desplazan”.
Los profesionales del campo piden también a las administraciones que "nos escuchen", y dicen que "estamos todavía a tiempo de hacernos con su control y evitar más daños al campo y más pérdidas económicas a los agricultores y al sector".
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