Con granparte de la producción de aceituna de las Arribes ya en las almazaras, elbalance de esta campaña que todavía no ha finalizado mejora de manera notable ala del año anterior. Más cantidad -en algunos casos se ha duplicado laproducción- y, en general, excelente calidad, aunque no tan bueno elrendimiento.
En Aldeadávila de la Ribera, Villarino delos Aires y Ahigal de los Aceiteros se encuentran las tres almazaras de Las Arribes, una de las principales zonas productoras de la provincia, junto a la Sierra. En el caso de Aldeadávila y Villarino, el ‘oro líquido’ que se produce sigue dedicándose alautoconsumo. Con un elevado porcentaje de olivares en manos de propietarios ya jubilados, encara un futuro lleno deincertidumbre, porque tanto lamodernización como la comercialización serán determinantes.
“Tiene futuro si se apuesta por la comercialización, es un aceite de gran calidad”
“Esteaño ha ido bastante bien, el pasado la tormenta que hubo dejó las olivaspeladas”. Así lo afirma Elías Hernández Mayoral, de Pereña de la Ribera, localidaden la que está previsto recoger entre 25.000 y 30.000 kilos de hojiblanca,manzanilla y arbequina en el caso de los plantones más viejos y de la variedadpicual en los más jóvenes.
Esteproductor acabó la recolección el último fin de semana de noviembre,trasladando la producción hasta la cooperativa situada en Villarino, donde semoltura y se entrega el aceite a cada socio, en una campaña quecalifica como “excelente”.
Aunque en los últimos años se ha mecanizado la recogida de la oliva,se sigue apostando mayoritariamente por la recolección de maneratradicional. Sinembargo, Elías Hernández explica que este año se ha hecho la prueba de recogerla mediante un vibrador mecánico, acoplado al tronco del olivo, "sin convencer, ya que vibra demasiado", a lo que se suma que siempre deja un 20%-30%de aceituna en la rama.
“Nomerece la pena, el coste del vareador es muy alto y de unos 5.000 kilos, serecogen menos de la mitad”. Para olivar en extensivo, añade, quizá compense,pero en el caso de producciones pequeñas como la mayoría de Las Arribes “nomerece la pena una inversión tan alta en este tipo de maquinaria”, indica.
El vibrador acoplado al tronco, másinconvenientes que ventajas para esta zona
Ensu caso, ha utilizado un paraguas alrededor del tronco para que, alvarear las ramas, las olivas caigan dentro, facilitando despuésla recogida. “El sistema es muy parecido, con la ventaja de que no vibra el tronco, sufre mucho menos que conel vibrador mecánico y se recoge más”.
Esteproductor de Pereña, que cuenta con la ayuda de sus hijos, esta convencido deque hay que apostar por la producción de aceite de calidad como es el de lasArribes y por la comercialización desde la cooperativa ubicada en Villarino delos Aires. “Creo que tiene futuro, es de gran calidad, hay demanda porque sonolivos casi ecológicos”.
Enla cooperativa almazara de Villarino, donde entregan productores de estalocalidad, Pereña, Masueco o Mieza, este año se muestran muy satisfechos con elresultado de la campaña. “El fruto ha estado sano, la manzanilla la hemosrecogido un poco más tarde porque maduró mucho en 15 días y se adelantó y lacornicabra, en Villarino, en un punto óptimo y sin apenas problemas con lamosca del olivo y cantidad y calidad”.
Loexplica Ramón Martín, vocal de la directiva, que asegura que son ya unos235.000 los kilos molturados, quedando pendientes en torno a 20.000 kilos delos aproximadamente 180-200 socios que mantienen la actividad. Unarecogida de las olivas que se harealizado con normalidad, al tratarse de una actividad permitida, extremando almáximo las medidas sanitarias.
Sobreel futuro del olivo en esta zona arribeña, Ramón Martín reconoce que, en elcaso de Villarino, almazara que pertenece a la cooperativa San Roque, losproductores lo tienen más complicado al no estar en marcha la concentraciónparcelaria, por lo que los olivares –muchos de 500 años-- están dispersos enfincas pequeñas y da mucho trabajo la recogida.
Este productor asegura que, engeneral, en otras localidades sí se apuesta por el olivo, como en Aldeadávila,donde han aumentado las plantaciones y están en plena producción, “pero enVillarino nos lastra de manera importante no tener la concentración hecha”,lamenta.
“El objetivo es comercializar, peroresulta complicado convencer a jubilados para que inviertan”
Sobreel destino de la producción que recibe la almazara de Villarino, “es elautoconsumo, no vendemos”, aunque asegura que el objetivo es conseguir prepararse.En este sentido, considera que es “una pena que no se comercialice, una aceitecomo la cornicabra tiene unas características excepcionales para el consumoen crudo en ensaladas, para marinado y se explota poco, le damos poca vida”,reconoce.
¿Quéfalta para avanzar y dar el paso para comercializar? “Que nadie se dedica al100% al olivar y es complicado convencerlos para que inviertan”. Con casi un 80%de productores jubilados y, el resto, personas de unos 40-50 años, Ramón Martínadmite las dificultades que hay para que la mayoría de estos productoresapuesten por nuevas técnicas y una nueva filosofía para el aceite de oliva. “Noresulta fácil convencer, porque muchos mayores no tienen relevo, sus hijos noseguirán” y lamenta que es “una gran pena” no apostar por la comercializaciónde la variedad de cornicabra.
“Hayque conseguir mayor rendimiento para que no se desanimen los productores”,añade Ramón Martín. Y es que desde el año pasado, tienen que hacer frente a unproblema añadido en la almazara, el coste que supone el traslado del alperujohasta una planta de tratamiento en la localidad portuguesa de Mirandela, entre22 y 23 euros por tonelada, encareciendo más la molturación de la aceituna, quese paga a 17 céntimos el kilo molturado a los socios.
Almazara municipal de Aldeadávila:Muchos kilos, menos rendimiento
Es la mayoralmazara de las Arribes que, con una buena campaña como la actual, puederecibir en torno a 750.000 kilos de productores de Aldeadávila,Mieza, Masueco, Pereña, Lumbrales o Sobradillo.
Esta almazaramunicipal, explica el alcalde de Aldeadávila, Santiago Hernández, se encuentraen plena recogida, con unas perspectivas excelentes en cuanto a cantidad. “Esun buen año, aunque ha llovido y el rendimiento será menor, aunque esperamosuna muy buena calidad”.
Producciónúltima sobre todo de la variedad manzanilla cacereña que también, en granmedida, se destina al autoconsumo. Como en el resto de localidades productoras,Hernández reconoce que los olivos están en manos de personas mayores y sonpocos los jóvenes que apuestan por el olivar como medio de vida. ¿Futuro? “Megustaría, pero hay mucha gente mayor, perdiendo población y es un problema”.
La almazara de Ahigal de los Aceiterosduplica la producción
“Excepcionalen cantidad y calidad”. Así califica Loli Sánchez la campaña, finalizada elpasado 30 de noviembre, en esta almazara de producción de aceite ecológico, queha recogido 300.000 kilos, duplicando la producción de 2019. Porsegundo año consecutivo, indica, esta almazara de Ahigal ha elaborado un aceite de lavariedad autóctona zorzal de Arribes, única certificada a nivel mundial, que seproduce tanto en San Felices de los Gallegos como en Ahigal. “El año pasadotuvo mucho éxito y seguimos apostando por la calidad de este producto y potenciaresta variedad”.
Larecogida en esta almazara, la primera ecológica en Castilla y León, en marchadesde hace 10 años, se realiza con un paraguas vibrador colocado en un tractor,que recoge la aceituna e inmediatamente se traslada a la almazara. “Pretendemosque la oliva que se recoge durante el día, se molture esa noche”. Asimismo, Loli Sánchez resalta que en esta almazara se elabora aceite virgen extra, con extracción en frío,cuidando al máximo la calidad. “No queremos producir mucho, pero sí de alta calidad”,con destino al resto de provincias de Castilla y León y a cualquier punto deEspaña.
Sobreel futuro de los olivos en Las Arribes, está convencida de que si se mantienela calidad “sí”, insistiendo en que hay que dar a conocer la calidad del aceiteque se produce en la zona oeste de Salamanca.
En Castilla y León, con una superficie que supera las 8.000 hectáreas y producciones que rondan las 13.000 toneladas, dos son las principales provincias productoras de aceite, lideradas por Ávila, con 3.500 hectáreas y 10 almazaras y Salamanca, con unas 3.000 hectáreas de olivares y cinco almazaras. Por detrás, Valladolid con un millar de hectáreas y Zamora.