España se encuentra a la cola de Europa en el uso de moderadores de sonido para la caza pese a sus beneficios para la salud y el medioambiente.
En concreto, el 'análisis de los moderadores de sonido en caza mayor: efectividad, regulaciones y perspectivas de uso' analiza el marca jurídico en España y otros países, con el objetivo de evaluar el efecto de su uso en la salud auditiva y los ecosistemas, prestando especial atención a las especies de fauna más vulnerables y analizar su eficiencia en el control poblacional.
La Fundación señala en un comunicado que el uso de moderadores de sonido no está prohibido en la legislación global y su prohibición tiene origen en la legislación española. Mientras su uso está cada vez más extendido, llegando incluso a ser obligatorio en algunos países y circunstancias, en España su tenencia y uso por civiles se encuentra totalmente prohibida.
Sin embargo, países de la Unión Europea como Alemania, Francia, Portugal, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Italia, Austria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Hungría, Irlanda, Letonia, Lituania, Polonia o República Checa permiten el uso de moderadores de sonido en situaciones y condiciones distintas, mientras que otros como Holanda se encuentran en fase de legalización. A ellos se suman países como Australia, Estados Unidos, Noruega, Nueva Zelanda, Suiza o Reino Unido, entre muchos otros.
Entre las principales conclusiones, el estudio destaca que la autorización de forma controlada supondría una "clara mejora en la salud pública al mitigar el grave perjuicio que el ruido de los disparos ocasiona a los usuarios de armas, acompañantes y animales de compañía que intervienen en la práctica de la caza".
Además, según el estudio, un uso controlado de estos dispositivos produciría efectos positivos en el medio ambiente, especialmente en la protección de fauna silvestre, reduciendo el ruido producido y minimizando el estrés de especies particularmente sensibles y que desarrollan roles cruciales en el ecosistema.
"Ello contribuiría a una caza más eficiente y ética, minimizando el estrés innecesario en los animales y permitiendo una caza más selectiva, respetuosa y eficaz en un contexto de sobreabundancia de especies de herbívoros como el actual, que están poniendo en grave riesgo de degradación a los ecosistemas y que plantean importantes problemas de seguridad, transmisión de enfermedades, etc", recoge el documento.