Justo en estas semanas, en las que se registra el pico de mayor consumo de fertilizantes en el campo de Castilla y León, los precios de los abonos nitrogenados han subido un 10 por ciento más, lo que dispara aún más el principal coste de las explotaciones agrarias cerealistas, tal como denuncia ASAJA. Este 2018 se está pagando la tonelada de fertilizante nitrogenado a unos 220 euros, veinte euros por encima de 2017, cuando ya los precios eran muy altos. Ese diez por ciento significa que un agricultor con una explotación de secano de unas
Castilla y León es, junto a Andalucía, la comunidad autónoma que más fertilizantes consume, por su amplia superficie e importancia agrícola. Una hectárea de secano precisa unos 300 kilos de abono nitrogenado como media, mientras que una hectárea de regadío consume más de 700 kilos. Sumando cereal de secano (
Los fertilizantes minerales representan para los productores de cultivos herbáceos hasta el 45% de los costes de insumos, y son imprescindibles, por lo que el agricultor no tiene otra posibilidad que acatar los abusivos precios que fija la industria, que funciona en la práctica como un monopolio. ASAJA respalda al cien por cien la carta, remitida esta semana por el COPA-COGECA (órgano europeo que agrupa a las organizaciones agrarias y cooperativas, en el que está presente ASAJA), a
Los aranceles antidumping que se vienen aplicando desde hace 23 años, un período inusitadamente largo y sin razones que lo justifiquen, causando graves perjuicios a la competitividad de las exportaciones agrícolas europeas y a la renta de las explotaciones familiares. Es pues, el momento de que Bruselas corrija esta anomalía y proteja a la parte débil, que son los agricultores, y no las grandes compañías de fertilizantes.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios