Quedan apenas horas para marcar el futuro de la política mundial. Las elecciones de Estados Unidos, en las que la Presidencia del país se encuentra entre el candidato republicano, Donald Trump, y la demócrata, Hillary Clinton, se deciden en la madrugada del martes al miércoles en España con un ligero favoritismo para esta segunda después de las últimas encuestas con parte del electorado ya habiendo emitido su voto.
Pese a ello, para Manuel Alcántara, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca, todo se acabará decidiendo a una carta que ya es habitual en las elecciones presidenciales estadounidenses, la de Florida. Será allí, en un estado eminentemente latino, en la que Donald Trump se jugará sus opciones de recortar ese estrecho margen en favor de la demócrata. Unos latinos que, en principio, parecen chocar con las ideas de Trump, aunque son muchos los que comulgan con ellas.
El estado cuya capital es Tallahassee, aunque es más conocida por ciudades como Orlando o Miami, tiene más de un millón de habitantes latinos, en su mayoría puertorriqueños, que tendrán un gran peso en la decisión final de millones de estadounidenses. ?El pequeño detalle se va a dar en el estado de Florida donde el peso de los votos electorales es importante y la distancia entre los dos candidatos es muy estrecha. El comportamiento del voto latino en ese estado será decisivo?, cree Manuel Alcántara.
Él mismo, eso sí, se pone del lado de los estadounidenses que creen que no se votará con la ilusión de nombrar un nuevo presidente sino con la idea de que no salga el contrario. ?Hillary Clinton es vista como arrogante, con falta de empatía y miembro del establishment. Donald Trump es percibido como agresivo, mentiroso y absolutamente falto de preparación para ser presidente?.
Pese a ello, para llegar a este martes, han tenido que ganar unas primarias y recibir diferentes apoyos gracias a otras características que también se deben tener en cuenta. Manuel Alcántara, de hecho, habla de ?experiencia y formación? en el caso de la candidata demócrata, mientras que de Trump dice que ?tiene capacidad de conectar con sectores que repudian visceralmente todo lo que representa, no solo la clase política tradicional, sino sectores clásicos de la intelectualidad y del statuo quo?.
Por todo ello, Estados Unidos y el resto del mundo se juegan algo más que cuatro años presidenciales. ?Las elecciones dirimen la continuidad de un estilo de hacer política razonadamente previsible frente a otro donde reinaría la arbitrariedad. En el caso de un triunfo de Donald Trump se exacerbarían las respuestas que cuestionan las bases del sistema y tal y como ha venido funcionando hasta el presente. Se abrirían expectativas basadas en supuestos demagógicos muy irresponsables que podrían agudizar violencia social?.
Además, más allá de la Presidencia, también se dilucidará un tercio del Senado, en el que ahora están prácticamente igualados los demócratas y los republicanos. ?El Senado es fundamental para configurar un contrapeso al poder presidencial. Donald Trump puede hacer que votantes moderados republicanos no votan por candidatos del partido ayudando a conseguir una mayoría demócrata en dicha Cámara?, opina Manuel Alcántara.