El rescate a la banca española tendrá sus propias peculiaridades en función de la entidad financiera. La forma en que se inyectarán los recursos a las cajas en proceso de bancarización y a los bancos ya consolidados se decidirá caso por caso, ya sea como capital o bonos convertibles contingentes, que posteriormente se pueden transformar en capital. Dentro de este panorama de incertidumbre, la situación de Caja España-Duero y su socia Unicaja dentro del proceso de formación del Banco Unicaja parte entre las mejores situación dentro del panorama financiero español.
Según datos remitidos al Banco de España, la situación inmobiliaria a 31 de diciembre de 2011 muestra que la fusión de Caja España-Duero y Unicaja tiene 12.617 millones de euros expuestos a activos inmobiliarios (9.164 financiados y 3.452 adjudicados), de los que 5.050 corresponden a la entidad de ahorro andaluza y 7.566 a la castellana y leonesa. La cobertura asciende a 2.169 millones, el 17,2 por ciento, de ahí que la estimación del impacto de los reales decretos del Gobierno sea de 2.704 millones de euros, a la espera a actualizar los resultados a junio de 2012 y aplicar el nuevo escenario financiero.
El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), en su página 22, hace una descripción del sector financiero español. Con Bankia, el Grupo Popular y el Grupo La Caixa como principales problemas, en un quinto grupo se incluye a Unicaja Banco (resultado de la fusión de Caja España-Duero y Unicaja), junto a Ibercaja, Liberbank y Banco Mare Nostrum. En el escenario más adverso del FMI, con una caída del PIB cuatro veces a la actual, un paro cerca del treinta por ciento y una caída de los precios inmobiliarios del treinta por ciento, sólo el Banco Santander y el BBVA se libran de necesitar capital, mientras que en otros escenarios menos catastróficos, Unicaja Banco aparece entre las mejores situaciones del sistema español.
Solución a las preferentes
Mientras, Caja España-Duero trabaja en una solución para las participaciones preferentes, que podría ser el cambio por depósitos tradiciones por el cien por cien del importe nominal adquirido, con unos intereses que oscilan entre el 1,5 y el 2%, en función de los títulos que se quieran canjear. Para el caso de las obligaciones subordinas, sería la misma fórmula pero en lugar de cinco son cuatro años. “Los clientes que se encuentren atrapados en esta situación y vean en la oferta la manera idónea de desprenderse de sus participaciones contarían con dos meses desde el instante en que obtengan las autorizaciones administrativas necesarias”, según informan fuentes financieras.
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